---- Capítulo 1 Estaba empacando mis cosas cuando Javier regresó con María. Al verme, tenía el rostro lIleno de culpa. -Zulema, por favor, entiéndeme. Soy un Alfa, necesito un hijo que herede mi lugar. - FEs joven, fuerte... muy fértil -me explicó Javier, - Tú y yo Ilevamos afios juntos y nunca pudiste concebir. Cuando María tenga al bebé, romperé el vínculo de pareja con ella. fEstá bien? No le respondí. Pero él interpretó mi silencio como aceptación. - Sabía que lo entenderías. Tú también esperas a este bebé, éverdad? ---- -Cuando nazca, te lo dejaré a ti. Serás su madre. María... le daré una buena cantidad de dinero y la mandaré lejos. Le sonreí levemente, sin decir una palabra. Él me acarició la cabeza con ternura. - Sabía que me entenderías. Por cierto, como María está embarazada, no es seguro que siga viviendo fuera, así que... - Así que decidiste traerla a nuestra casa, icierto? -lo interrumpí. Javier dudó un momento, como si midiera mi reacción. -Es que... aquí puedo cuidarla mejor... Me mostré tranquila. -PClaro. Que se quede en mi habitación entonces. Es más grande y tiene mejor ventilación. Javier pareció aliviado, pero al ver mis maletas, su sonrisa se congeló. - êA dónde vas con todo eso? - frunció el cefio y me tomó del brazo con fuerza. María salió y se interpuso entre nosotros. ---- Me miró con lástima, sus bonitos ojos Ilenos de lágrimas. -No, Zulema, no te vayas. Si no te gusta verme, puedo quedarme en el sótano... -iCómo crees que te voy a dejar en el sótano? - Javier frunció el cefio y soltó mi brazo, poniendo su mano en el hombro de María. - jTú eres lo más importante para esta familia ahora! Lo miré, y por dentro solo sentí lo ridículo de la escena. -Entonces... María me lanzó una mirada lastimera, luego volvió a ver a Javier. Él se volvió hacia mí. -Mira, será mejor que te vayas a vivir a otro lado por un tiempo. Cuando María tenga al bebé, te Ilamo para que regreses. Tomé mis maletas. Al pasar junto a Javier, le dije en silencio dentro de mí: No hace falta. Este lugar ya no es mi hogar. Y me fui sin mirar atrás. Fui hasta el lago. ---- Al mirarla, pensé que quizá era un regalo de la Diosa Luna. Una forma de decirme que no tenía que estar sola. La llevé a mi cabafia. Cuando no estaba con Javier, yo vivía sola ahí. Después de alimentarla, la lobita se fue recuperando. Poco a poco, pudo sostenerse sobre sus patas. Esa misma noche, me dormí con mi nueva familia en la pequefia cama. Antes de que amaneciera, me despertaron unos golpes fuertes en la puerta. Erala madre de Javier, dofia Elizabeth. Ella siempre creyó que no era suficiente para su hijo Alfa. Me despreciaba abiertamente. En cuanto abrí la puerta, me lanzó una mirada llena de desdén. -iDónde estuviste toda la noche? éNo sabes que las tareas del hogar te estaban esperando? Ni sirves para tener hijos ni para ser útil. |No entiendo qué le vio mi hijo a alguien como tú! Yano intenté agradarle como antes. Mi expresión era fria. ---- - Ya me fui de esa casa. iJavier no te lo dijo? - Y además - agregué, - la pareja de Javier es María. Las tareas deberías encargárselas a ella, no a mí. -iMaría está embarazada! ;Cómo se te ocurre ponerla a hacer labores? - me echó los ojos. - Se nota que nunca has tenido hijos, no entiendes lo que es un embarazo. Apreté los dientes. iCómo no iba a saber lo que es un embarazo? Yo también estuve embarazada del hijo de Javier. Pero lo perdí al salvarle la vida.. Casi muero yo también. Cuando me dijeron que probablemente ya no podría volver a concebir, 1loré como nunca. Javier me abrazó con los ojos 1Ilorosos y me juró que no importaba, que me amaría aunque nunca tuviéramos hijos. Yyo...le creí. Jamás imaginé que solo eran promesas vacías. Me sequé los ojos con fuerza. No quería seguir ---- discutiendo con la madre de Javier. De pronto, apareció María. Se acercó con voz débil, como si fuera víctima de todo. - Dofia Elizabeth, no regafie a Zulema. Ella tiene razón. Las tareas son mi responsabilidad. - No me siento tan mal, solo un poco mareada y con náuseas. Pero estoy bien, puedo hacerlas... No terminó de hablar cuando comenzó a hacer arcadas, cubriéndose la boca. -iMírala nada más! - Elizabeth me fulminó con la mirada. - jMaría se siente pésimo y tú aún quieres que trabaje! jQué vergitenza deberías tener! Me empujó con fuerza. Retrocedí un par de pasos. La lobita que había salvado se acercó tambaleándose y se paró frente a mí. Cuando quise agacharme para cargarla, María se me adelantó y la alzó. -éDe quiénes esta cría? Parecía sorprendida, pero rápidamente cambió su cara ---- por una sonrisa dulce. -iQué linda está! Pero su sonrisa era falsa. Mientras hablaba con voz suave, presionaba con fuerza la pata herida de la cría. La lobita soltó un aullido de dolor y, por reflejo, la mordió. -iAaaah! jLárgate, bicho asqueroso! María, Ilorando del dolor, lanzó a la lobita al suelo con violencia. Corrí hacia ella, pero justo en ese momento, Javier entró y me empujó con fuerza. -iZulema! ;Qué demonios le hiciste a María? Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
