---- Capítulo 4 Siguió habiendo dudas en mi mente sobre todo esto, y mi amiga Rosa, al escuchar mis sospechas, reaccionó encogiéndose de hombros. Me dio un golpecito en la cabeza y dijo: - Alicia, épor qué te vuelves tan desconfiada? jTu suegra ha sido tan buena contigo y aún no estás satisfecha! Pero en mi interior seguía sintiéndome inquieta. Decidida, arrastré a mi amiga a investigar si había un lugar de masajes administrado por tipos de color. Finalmente, vimos un letrero que decía "Masajes de color". -iTe lo dije, pero no me creías! jSi tuviera un esposo y una suegra como tú, me despertaría riendo de mis suefios! Las palabras de mi amiga disiparon gran parte de mis dudas, pero no podía dejar de recordar la forma en que el negro me miró aquel día, jesto me inquietaba demasiado! - Alicia, épor qué no entras a probar? El masaje de un tipo de color es más fuerte, será más cómodo para tus músculos. - De repente, mi amiga se mostró ---- entusiasmada y me hizo la curiosa propuesta. - No, gracias, no estoy acostumbrada - De inmediato sentí mucha resistencia y moví las manos. Aunque lo dije así, desde que me casé con José, dejé mi trabajo como disefhiadora. He estado cumpliendo a lo largo de este tiempo con mi papel de ama de casa a la perfección. Las pesadas tareas del hogar a menudo me dejaban con dolor en la espalda, y solía sentirme bastante mal. Si no fuera por la incomodidad que me causaba el masajista de color John, tal vez realmente habría entrado con tranquilidad a probar. Después de un largo día de trabajo en casa, me tiré en la cama con todo mi cuerpo adolorido; tal vez el masajista de color del que hablaban mi suegra y mi amiga realmente pudiera ayudar. Ay, éen qué estoy pensando? Sumergida en mis pensamientos, sentí de repente una intensa presencia masculina que me rodeaba. Un par de manos grandes se posaron justo en mi cintura, yalinstante hice un sonido involuntario, como si me diera una descarga eléctrica, intentando levantarme. ---- - No te muevas, sefiora Alicia. Me volví y, para mi sorpresa, era John. Sus poderosos brazos fácilmente sujetaron con firmeza mis manos; équé quería hacer? El terror se apoderó de mí en ese momento. Era tan fuerte que no tenía ninguna forma de resistirlo, solo podía dejarme llevar. Pero no me esperaba que solo me estuviera dando un masaje en la espalda; sus manos firmes y precisas hicieron que abandonara por completo toda mi resistencia. Mientras me masajeaba, me explicó que fue mi suegra quienlo llamó porque estaba preocupada de que yo estuviera cansada por el trajín del día y lo buscó para que me ayudara. Una cálida corriente fluyó en mi corazón. Así que mi suegra realmente se preocupa por mí; había estado dudando de ella todo este tiempo... De repente, su mano negra se deslizó bajo mi blusa, intentando tocarme de cualquier manera. Apresurada bloqueé su movimiento, me senté de un salto en la cama y grité: -iJohn, équé estás haciendo? ---- John mantuvo su imperturbable expresión, pero su musculatura imponente aún me hizo sentir miedo. - Sefiorita Alicia, soy ciego; puedes estar tranquila. Si te quitas la ropa, el masaje será más efectivo, debería ser un momento de relajación. John insistió, diciendo que así los músculos se relajarían cada vez más. Después de dudar un poco, decidí quitarme la blusa; mi suegra había pagado, y no sería correcto no probarlo. Además, él no podía ver, así que no habría problema. La técnica de John era realmente buena, pero aún así, cuando su amplia mano me tocaba, no podía evitar sonrojarme y sentir que mi corazón latía con másgran fuerza. -eEstá bien, sefiorita Alicia? -John presionaba fuertemente mis hombros. De forma involuntaria respondí con un - "sí", este tipo de presión y fuerza no tenía comparación alguna. -Haré que estés aún más satisfecha, sefiorita Alicia. Mientras decía eso, sus manos comenzaron a masajear mi suave espalda. La comodidad que sentí era casi espiritual, y no pude evitar soltar un repentino suspiro. ---- -Umm... Pensé que el masaje en esa área era normal, así que mordí mi labio, intentando no emitir esos sonidos tan extrafios, pero no esperaba que John intensificara tan rápido con mismovimientos. Al final del masaje, mi rostro estaba sonrojado. Sin embargo, no podía negar que la sensación de dolor en mi cuerpo realmente había disminuido. Enlos días siguientes, John venía puntual a darme masajes, y poco a poco, jme fui acostumbrando a su presencia! Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!
