Capítulo 2: ???? ???? ???? ???? ???? “Hola”, dice ella con duda. “No, no recuerdo nada. Se supone que… ¿Tú eres?”. “Espera, iré por el doctor”. Salgo, voy al doctor. El me acompaña y entra, me pide que espere afuera. “Hijo, ¿La chica despertó?”, pregunta su padre. “Si el médico la está revisando”: “Me veré con Ihlar, llegaremos a un acuerdo. Ahora la automotora será nuestra”. El médico sale antes que pida respóndele a mi padre. “Señor, todo parece estar bien, solo queda un detalle”. “¿Sí, cuál?”. “La señorita no recuerda ni su nombre. Ella está con pérdida momentánea por ahora de la memoria”, responde. Abro mis ojos. “¿Pero ella puede recordar?”. “Si, pero por la tomografía tarda al menos unos días mínimos”. “Doctor, ¿Ella puede levantarse, viajar?”. preguntó Karim ya sabiendo en su mente lo que haría. “Si debe salir de la ciudad debería ser por cortos lapsos y en lo posible en avión no” “¿Puede?”, “Sí, ella está con algunos detalles, pero está sana”, entró en la habitación ella está sentada en la cama tomando agua no se ve asustada. Al verme no demuestra desconfianza mucho menos vergüenza. La observa, pero no digo nada. “Hola, ¿Recuerdas tu nombre?”, ella me mira y sonríe. “No”, responde. “¿Recuerdas algo del accidente?”. “¿No sabes quién soy?”. ‘¿Pero por qué está tan tranquila?’ Se pregunta en su mente. “El doctor me dijo que tuve un accidente, supongo que esta es tu casa o nuestra casa y si me cuidaste y me ayudaste no creo que quizás quieras dañarme. Si lo quisieras ya estaría muerta ¿No?”, explica ella. Es una locura siento como si de verdad ella quisiera conquistarla, como si el no sentir miedo o temor me gustara. Es la primera mujer que al verme no siente pánico por mi aspecto o por mi forma de hablar. “¿No me dirás quién eres?”, preguntó. “Si, te lo diré, soy tu prometido, soy Karim y tú eres mi Luz” La mente de Luz no dejaba nada al azar. “¿Quién no me puede encontrar aquí?”. “Mi padre”, él conduce como loco. “¿Por qué pasa…?”. “Es que…”, él no dice nada, se queda serio y en silencio. Es un silencio extraño. Es un hombre muy particular, pero seguro, algo en él me cautivo, además de su aprecia que es insuperable. Ahora una señora muy amorosa entró para dejarme ropa y ayudarme a duchar, pero de verdad soy muy pudorosa, en eso esperaré que él regrese. “Señorita, no quiere que la ayude, mire que el Señor quizás demore”. Me coloco en la puerta del baño “Le pido un favor, me llama al Señor, gracias”. “Si mi Señora”. Él es mi prometido y según él, dejó de ser virgen hace mucho tiempo. O sea que con él no fueron solo manitos. Me meto al baño, pero lo espero, ya que porque me duelen los brazos y no puedo casi levantarlo. “¿Qué pasa?”, dice él desde la puerta. “¿Podrías ayudarme?”, le pido ante su atenta y sorprendida mirada. “¿Ayudarte? ¿A Qué?”, pregunta algo nervioso. “¿Como que a qué? A quitarme la ropa y ducharme me duele todo. No hay manera que la señora me ayude y me vea. No recordaré, pero sí sé que si me comprometo contigo es por qué te conozco y me conoces ¿No es así?”, veo como él se pone pensativo hasta avergonzado diría yo, pero aun así pasa. “Sí, si lo haré ya te he visto mil veces”. “Sí, que bueno. Porque yo no. Eso va a ser todo una expectativa”. Él comienza a desprender mi blusa, la quita y me quedo en el corpiño. “¿Todo bien?”, le pregunto. “Si solo que está muy golpeada mira”. Él me gira y veo muchos moretones se nota que fue duro. “¿Fue un accidente, verdad?”, pregunto. “Sí”. “¿Qué me golpeó?”. “Una moto”, responde Abro mis ojos. “Y el de la moto, ¿Está bien?”. “Sí, está muerto”. Abrí mis ojos como si me fueran a explotar, veo como la templanza en él es casi de cartón no se le mueve un pelo. “¿Te asusta saber que puede matar a alguien verdad?”, su pregunta es muy genuina. “No, eso no, me asusta saber que por mí eres capaz de matar a alguien”, él frunce el ceño. “Te dejo, ya la tina está lista”, dice él mientras me quito los pantalones. “Pero ayúdame, mira, si me resbalo, ven, parece que me tuvieras miedo ¿Estás enojado por algo?”, él me mira cierra los ojos. “No, solo que no me gusto lo que pasó”. Tomo su mano para meterme a la tina. En el momento en que me quite la ropa interior, cerró sus ojos. “Ya puedes abrirlos porque haces eso, ¿No me has visto desnuda?”. “Si, solo que los moretones me enojan”, responde. Me meto en el agua, disfruto mucho. “Nos iremos a una de las cabañas de los cerros para que estemos solos y allí nadie te molestará”. Cierro mis ojos para poder relajarme. “Ya, ¿Y que si no Quiero ir?”, pregunto antes de que salga. “Irás igual. No te estoy consultado”. Lo miro y sonrío. “¿De qué te ríes?”, me dice esperando atacar. “De ti, me gusta cómo te impones, como haces que sienta el peso, tus palabras salen firmes, pero sé que si eres tu seguro me adoras ¿Verdad?” “Iré a preparar la camioneta”. “Ok, adiós”, me quedo allí relajada y muy feliz. Discover our latest featured short drama reel. Watch now and enjoy the story!