Capítulo 26: Al oír el ruido, Kaelyn entró en la habitación y descubrió el caos en el balcón. También escuchó su intensa declaración. Su corazón dio un vuelco; no se había dado cuenta de lo profundamente que Elyse podía afectar a Theo. Era más grave de lo que había previsto. Había supuesto que Theo sólo estaba jugando con Elyse, pero para su sorpresa, parecía que albergaba sentimientos genuinos por ella. Reprimiendo sus celos, Kaelyn se acercó lentamente a Theo, le cogió la mano y le preguntó con delicadeza: «¿Qué te pasa, Theo? ¿Por qué estás tan disgustado?». Theo se volvió para mirarla, con expresión confusa e inseguro sobre cómo explicar sus sentimientos. Una vez la había perseguido con seriedad y pasión. Cuando Kaelyn aceptó estar con él, compartió con entusiasmo la noticia en Internet, recibiendo felicitaciones de muchos compañeros que les deseaban una relación duradera. Sin embargo, su romance duró sólo tres meses antes de que Kaelyn tuviera una aventura, alegando que había sido engañada por aquel hombre. Theo la creyó en ese momento, pero cuando ella volvió a serle infiel dos meses después, no aceptó su explicación y puso fin a la relación con decisión. Aunque Kaelyn había intentado reconquistarle, Theo no tenía ningún interés en reconciliarse. Sin embargo, un suceso posterior alteró un poco la percepción que Theo tenía de ella. A pesar de saber que nunca volvería a estar con ella, no podía negar que ocupaba un lugar en su corazón como su verdadero amor. «No te preocupes por mí. Estoy bien», la tranquilizó, intentando disimular su turbación. Theo retiró la mano, miró fríamente a Kaelyn y salió del estudio. «Theo, ahora mismo me encuentro un poco mal. ¿Podrías llevarme al hospital?». Kaelyn solía utilizar su malestar como pretexto para que Theo la acompañara. Era la misma táctica que había empleado para atraerlo a su lado, incluso cuando estaba con Elyse. Incluso el día de su boda con Elyse, Theo había abandonado la ceremonia para atenderla después de que ella afirmara necesitarlo urgentemente. Kaelyn miró a Theo con ojos suplicantes, esperando que accediera a llevarla al hospital como de costumbre, lo que podría desviar sus pensamientos de Elyse. Theo frunció el ceño y la miró con desaprobación. «Eres adulta. ¿No te das cuenta de lo ocupado que estoy? ¿De verdad tengo que acompañarte al médico cada vez que te encuentras un poco mal?». Su tono estaba cargado de irritación. Kaelyn se quedó helada, sorprendida por su negativa. Mientras Theo miraba el nombre de Elyse en la pantalla de su teléfono, sintió una oleada de depresión e irritación. Pasó por delante de Kaelyn y salió de la habitación. Al quedarse sola, Kaelyn no pudo contener sus emociones por más tiempo. Gritó, dando rienda suelta a su frustración e incredulidad. Era la primera vez en tres años que Theo le negaba algo. Estaba segura de que se debía a Elyse, que había captado el afecto de Theo. Kaelyn sintió por primera vez una amenaza real, algo que había temido y que le preocupaba profundamente. «¿Soy realmente inferior a Elyse? ¿Por qué Theo no reconsidera nuestra relación?», reflexionó, intentando recuperar la compostura. Pero estaba decidida a no darse por vencida tan fácilmente. En su mente, era ella quien finalmente se casaría con Theo. Todos los obstáculos provenían de Elyse. Si Elyse desaparecía, ella sería la única mujer en la vida de Theo. Kaelyn tenía una mirada loca. Estaba decidida a borrar a Elyse del mundo por completo. De vuelta a su habitación, cogió el teléfono y pulsó rápidamente la pantalla. Redactó un correo electrónico anónimo para un periódico de entretenimiento. Agarrando el teléfono, sonrió con picardía. «Los titulares de mañana serán todo un espectáculo».
