A las diez de la noche, Anna volvió al apartamento, agotada y borracha. Mañana se iba a casar, así que esta noche tenía una despedida de soltera con unas amigas. Anna se tumbó en el sofá y cerró los ojos. Pero unos ruidos extraños provenían del cuarto de baño, como si alguien estuviera haciendo el amor. Se acercó sigilosamente al cuarto de baño, apoyándose en la pared. Entonces oyó claramente los jadeos de una mujer. «¡Más fuerte, por favor… más fuerte!». ¿Qué está pasando? ¿Están teniendo sexo en el apartamento? Los gemidos vergonzosos venían acompañados de la respiración agitada de un hombre. Anna se sintió conmocionada y no se atrevió a moverse. «Shh… No despiertes a Anna. Ahora vístete rápido y te mando de vuelta». «El hombre murmura roncamente. «¿Por qué? ¿Tienes miedo de que nos descubra? No te preocupes, ha bebido mucho esta noche… Además, te vas a casar mañana. Esta noche eres mía y quiero más». Alice besó al hombre con sus labios rojos y sensuales mientras vislumbraba la figura brumosa detrás de la puerta del baño. Ella se burló: «Anna,